La yerba mate es el insumo fundamental de las bebidas más importantes en varios paises de Sudamérica y su cultivo constituye una actividad de gran relevancia socioeconómica regional en Argentina.

El Instituto Nacional de Yerba Mate estima que en el país se producen unas 250.000 toneladas por año, por lo que grandes cantidades de residuos se desechan a diario. Es por eso que entidades como la CONICET y la Universidad Nacional de La Plata, buscan aprovechar este residuo abundante para elaborar una sustancia antimicrobiana.

El fin es que esta sustancia pueda ser usada en telas y pinturas en lugares donde es fundamental prevenir el contagio por microorganismos, como centros de salud y espacios infantiles. Ya que este residuo que posee un alto registro de compuestos activos antioxidantes, antimicrobianos y diuréticos, que en el área de química se conocen como polifenoles o xantinas. Así mismo se afirma que otros atributos de la yerba permanecen ahí aún después de ser utilizada para la infusión del mate luego de su industrialización.

“La novedad del trabajo es que se está usando un residuo de origen vegetal. Si bien hay investigaciones sobre la obtención de nanopartículas de plata a partir de hojas de té o granos de café, en este caso se reutiliza un residuo del cual se producen toneladas por año, por lo que no es necesario usar un producto alimenticio”, explicó Romina Arreche, becaria posdoctoral del CONICET que trabajó en el proyecto bajo la dirección de la investigadora Patricia Vázquez.

El uso de pesticidas queda descartado luego del proceso de producción completamente orgánico en el que se transforma los residuos de esta materia prima. Otros elementos utilizados también para la elaboración textil presentan una mayor toxicidad que este compuesto, una gran capacidad de inhibición a partir del uso de pequeñas cantidades y un amplio espectro de acción sobre bacterias, hongos y virus.

La yerba mate tiene compuestos activos antioxidantes, antimicrobianos y diuréticos, que en el área de química se conocen como polifenoles o xantinas. Esos compuestos permanecen en la yerba aún después de ser utilizada para la infusión del mate.

Hasta el momento, los investigadores comprobaron su actividad antimicrobiana en ensayos con dos bacterias muy conocidas por su mala reputación: Escherichia coli, que posee cepas nocivas para la salud, y Staphylococcus aureus, productora de diversas infecciones en la piel. “Los resultados fueron alentadores porque se trabajó a temperatura ambiente y en solo 24 horas obtuvimos una concentración de nanopartículas estables”, afirmó Arreche.