El uso significativo de recursos finitos y productos químicos tóxicos por parte del sector, así como cuestiones como las condiciones de los trabajadores de la confección que producen moda rápida, son objeto de un escrutinio cada vez mayor. Mientras tanto, miles de millones de productos se desperdician: no se venden en los almacenes o tiendas, se dejan sin usar en los armarios o se desechan cuando aún están en buen estado. Hay una necesidad urgente de transformación.

Ante esta realidad presentamos una selección de hechos inherente a una economía circular para los textiles:

1.- Los insumos para los textiles son seguros, reciclados o renovables

La industria textil consume unos 215 billones de litros de agua al año, contaminando el sistema hídrico con productos químicos, detergentes y microfibras. El uso de materiales seguros, reciclados o renovables reduce la demanda de recursos naturales finitos, disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero y elimina la exposición de los trabajadores y las comunidades a sustancias tóxicas.

2.- Los textiles se mantienen en uso durante más tiempo

Cada año la gente tira ropa por un valor estimado de 460.000 millones de dólares que podría seguir usando. Utilizar los textiles durante más tiempo significa que se necesitan menos artículos nuevos, lo que reduce el uso de combustibles fósiles y productos químicos, así como la presión sobre el agua y el uso de la tierra para el cultivo del algodón. Mantener los textiles en uso durante más tiempo beneficia tanto a la salud humana como a la biodiversidad.;

3.- Los textiles son reciclables y se reciclan al final de su uso

Cuando los textiles ya no pueden utilizarse o reutilizarse, deben recogerse y reciclarse. Se espera que el reciclaje de los materiales de desecho textil desbloquee un valor potencial de 100.000 millones de dólares al año, además de reducir el uso de recursos naturales y productos químicos.