Cuando Alessandra Gerbolini recibió el Certificado Azul hace algunas semanas, fue la culminación y el reconocimiento del proyecto de sostenibilidad más ambicioso que había desarrollado hasta ese momento Textil El Amazonas -TEA-.

Lo que había comenzado como una preocupación por la cantidad de deshechos de conos de hilos de plástico que generaba la empresa, se había convertido en un ambicioso programa de sostenibilidad, que tuvo a la reducción de su huella hídrica como objetivo principal.

Obras ejecutadas para la reducción de los consumos de agua

El proceso productivo de tintura de hilos se caracteriza por el consumo intensivo de agua. Y era en este, en el que se encontraba el mayor potencial -para TEA- para obtener un impacto positivo en el medio ambiente. Por lo que decidieron invertir en una planta de tratamiento de las aguas residuales de la compañía.

En TEA, el agua es sacada de pozo profundo y consumida principalmente por la planta de Tintorería, el cual demanda alrededor de 5 a 8 mil metros cúbicos por mes, por lo mismo las acciones que apuntan a la reducción del consumo en esta área tienen un impacto significativo.

Por ello, es que entre las acciones iniciales en el 2019 se empezó un trabajo de cambio de procesos en el teñido de la fibra de algodón, de un proceso que consume 40 volúmenes de agua (un volumen es una maquina llena de agua), llamado proceso de teñido TINA o INDANTRENO, a un proceso de 20 volúmenes de agua, llamado proceso de teñido reactivo, estos esfuerzos hasta el momento se siguen ejecutando.

El impacto más significativo es el montaje de una planta de tratamiento terciaria (osmosis inversa), para la reutilización de los efluentes de la producción de tintorería, la cual está diseñada para reutilizar hasta el 75 % de estos efluentes, el déficit de agua (debido al 25 % de rechazo) es suplido por agua blanda, esta agua es sacada del pozo profundo, por lo consiguiente también se puede decir que la PTAR reduce el consumo del agua que se ha dejado de extraer nueva agua en el mismo valor.

Beneficios e impacto generado

Desde las pruebas de la PTAR -Planta de Tratamiento de Aguas Residuales-, que inició sus operaciones en julio, y a un ritmo de producción de tres turnos por día, se ha logrado producir 6 mil metros cúbicos aproximadamente de agua osmotizada.

Estos se han consumido en su totalidad y representan 25% del total de agua demandada por la planta de producción (23 mil m3 aprox.) lo que a su vez representa un 25 % de reducción de agua.

Mientras avanzan los meses la producción de agua osmotizada es mayor aumentando de esta forma el % de reducción. Como ejemplo, el último mes de los 6 mil metros cúbicos demandados por la planta de producción 1.9 mil metros cúbicos provienen del reúso de efluentes (30%).

El beneficio directo, además de la disminución de la factura de agua para la empresa, es su impacto en la comunidad, el haber dejado de extraer 6 mil metros cúbicos de agua del pozo significa el aprovechamiento de esa agua para la sociedad, en promedio lo que se ha dejado de extraer es un impacto equivalente al consumo de agua de una persona durante 99 años (Considerando que una persona promedio consume 163 litros por día), además de utilizar menor cantidad de productos químicos en los procesos de producción, ya que estos son parte de la generación de lodos por la PTAR, los cuales finalmente son dispuestos de forma responsable.

Proyecto de valor compartido en agua

Como parte del plan de sostenibilidad de TEA, se realizó talleres con 5 colegios del Cercado de Lima y 2 talleres para los vecinos directos de la compañía. Estos talleres fueron diseñados por expertos en creación de metodologías de aprendizaje a través de diversos juegos como: Memoria, juego de cartas, preguntas y respuestas, etc.

Se pudo reflexionar sobre el uso responsable del agua y su escasez, además se enseñó conceptos como el de huella hídrica y el ciclo del agua en el Perú. Todos los talleres llamaban a reflexión y a firmar un compromiso como héroe o guardián del agua en el que plasmaron acciones concretas de ahorro a tomar.

Los beneficiarios directos fueron los asistentes a los talleres y los indirectos se considera a los 2 familiares más cercanos (mamá, papá, hermanos, hijos, entre otros); ya que se asume, que lo aprendido se trasladó a los hogares de cada uno de los beneficiados.

Certificado Azul

El Certificado Azul es un mecanismo que busca reducir la huella hídrica de la producción nacional de bienes y servicios, transmitiendo a las empresas, el mensaje de sostenibilidad y uso eficiente del agua; además, promueve el valor compartido del agua. Es entregado por la Autoridad Nacional del Agua -ANA-.