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¿Cómo lograron crear algodón fosofrescente y magnético?

Algún día, todo el mundo llevará ropa inteligente – no sólo ropa que se vea elegante, pero que es capaz de percibir el medio ambiente y los signos vitales del cuerpo, tal vez luego enviar los datos a su reloj de pulsera o médico. Para llegar allí, necesitaremos telas funcionales, y nada supera el tacto y la sensación del algodón.

Las fibras naturales de algodón, que están hechas de celulosa, deben ser químicamente modificadas si se van a diseñar en tejidos inteligentes. Esto podría hacerse después de que el algodón haya sido cosechado (como cuando se tiñe la ropa), pero el inconveniente es que este tipo de modificación se desgasta. Una mejor manera sería modificar el algodón mientras está siendo sintetizado por la planta, de modo que las nuevas propiedades se incorporen físicamente en las fibras de algodón. Ahora un equipo internacional de investigadores ha hecho exactamente eso, creando un tipo de algodón que fluoresce y brilla en la oscuridad, y otra variedad que es magnética.

Para lograr esto, los científicos colocaron diminutos óvulos fertilizados en un plato que contenía alimentos vegetales, así como sus moléculas especializadas. Después de 20 días, los óvulos produjeron fibras de algodón que fueron modificadas por estas moléculas.

La razón por la que la planta podría incorporar estas moléculas especiales es porque se unieron a la glucosa. La glucosa (un azúcar) es el ingrediente clave en la celulosa (una fibra vegetal). Cuando la planta absorbió las moléculas unidas a glucosa, las trató como moléculas de glucosa normales. La planta las envió a la creciente cadena de celulosa y los integró químicamente en las fibras de algodón.

Una de estas moléculas especializadas convirtió el algodón amarillo (bajo luz normal) y verde fluorescente (bajo luz UV).

Otra molécula especializada contenía el elemento de tierras raras disprosio, que tiene propiedades magnéticas. Cuando la planta lo incorporó en las fibras de algodón, el algodón mostró propiedades magnéticas, también.

Con literalmente millones de moléculas orgánicas e inorgánicas, las aplicaciones potenciales de este descubrimiento están limitadas solamente por nuestra imaginación. Nuestro dominio de la química es tal que cualquier molécula con una propiedad deseable puede ser aislada de la naturaleza o creada en el laboratorio.

Simplemente adjuntar esta molécula a una molécula de glucosa, entonces permitiría a los científicos infiltrarla en una planta inocente. Y no hay razón para detenerse con el algodón; los autores señalan que el bambú, el lino y la seda probablemente estarían sujetos a dicha modificación química.

Combinado con el floreciente campo de la modificación genética, claramente, la próxima revolución en la ingeniería será a nivel molecular.

 

 

Adaptado por: Expotextil News
Fuente:  American Council on Science and Health

 

 

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