Por: Ing. Rodolfo Vidalón | Gerente De Investigación y Desarrollo Corporación Rey
Los jeans son una prenda versátil, forman parte del vestuario cotidiano y pueden ser cómodos para toda ocasión.
Desde su salto a la popularidad en 1870, los pantalones “vaqueros” evolucionaron hasta transformarse en un elemento popular en la vestimenta casual a través de los años.
Los diseñadores se han ocupado de crear diferentes cortes tanto para caballeros como para dama y las opciones de estilo son amplias. Sin embargo, antes de que el producto llegue a la tienda debe atravesar un proceso fundamental: el lavado industrial.
Cuando hablamos de lavado industrial debemos pensar, en primer lugar, en un proceso que colabora a darle una característica de acabado a la prenda de acuerda a las tendencias de moda o características favoritas de los clientes finales. Esta parte de la producción de la prenda debe ser respetuoso con la indumentaria y poseer las características específicas que requiera cada tipo de tela para cumplir con los parámetros que deben ser controlados que mantengan la textura correcta por lo que se debe ser cuidadoso en la selección y aplicación de los productos químicos en el lavado.
Un problema frecuente en el lavado industrial de jeans es la existencia de problemas con el descontrol de la temperatura del agua que pueden afectar la eficiencia del proceso. También es de suma importancia que el proceso de lavado no perjudique aspectos como la durabilidad de la prenda que puedan dañar la imagen del diseñador.
Cada jean es una prenda única y requiere cuidados específicos luego de ser confeccionado. Esta prenda supone un reto particular para las lavanderías industriales y también puede variar en función del cierre (crudo o teñido) que posea. Cierres de altísima resistencia tanto química como textil
Para el usuario final, siempre será de valor verificar las instrucciones de lavado que los diseñadores insertan en nuestras etiquetas con los datos de la talla u origen.
Recomendaciones para el lavado industrial.
Las especificaciones técnicas para el lavado industrial de jeans se deben controlar durante la producción. La tela denim, utilizada para crear esta prenda, es manufacturada con tejidos especiales que involucran dos tipos de hilo: teñidos y crudos. Es por esta razón que el lavado de la prenda debe cuidar todos los aspectos como la temperatura y los químicos aplicados.
Un ejemplo frecuente en el lavado de jeans es el realizado con resina para la fijación del color. En este caso, la temperatura oscila entre los 40° y 50°. A una temperatura similar, a este tipo de prendas también se las puede tratar con enzimas alfamilazas que sirven para retirar una trama de goma propia de la tela o pueden pasar por un proceso que busca “envejecer” o desgastar la prenda con enzimas celulosas, en este caso, a una temperatura menor.
En los lavados enzimáticos donde las enzimas son activadas con sal, uno de los riesgos del proceso es que queden depósitos de polvillo en las cremalleras y deslizadores. Esto dificulta el deslizamiento de la llave en la cremallera. En este proceso, recomendamos que el enjuague final se realice con ácido acético (0,5%-1%) para removerlos y eliminarlos. Y abundante agua.
Otra de las posibilidades que tiene esta tela tan versátil es la de realizar un desengome oxidativo, un proceso un poco más fuerte que se realiza a temperaturas más altas (entre 60° y 80°) que varían según el tono que se quiera llegar como objetivo. Este último proceso, no es recomendable para telas que incluyan lycra en su composición. En este caso, para el desengomado con soda cáustica o enzimas de prendas que luego van a ser teñidas con colorantes reactivos, directos y sulfurosos, recomendamos usar un protector de metales para evitar la presencia de manchas en los tejidos.
Cabe destacar que a la hora de pensar en el lavado industrial de las prendas es fundamental tener en cuenta que ciertas sustancias como la soda cáustica, el peróxido de hidrógeno o el hipoclorito de sodio,abundante agua entre otras, pueden producir daños tanto al tejido de la cinta textil de las cremalleras y tejido de las prendas e, incluso, alterar el acabado de las partes metálicas de los cierres generando óxidos ( manchas).
En el caso de las prendas que deben ser blanqueadas con hipoclorito de sodio, vale decir que resulta necesario trabajar con un Ph de 10 a 11 para evitar la degradación de las fibras de algodón de las prendas y de las cremalleras. En este caso, además se recomienda realizar un tratamiento anticloro después del blanqueo.
Los diseñadores que cuenten con la línea de cierres Rey, saben que nuestros cierres están especialmente diseñados para resistir condiciones extremas de lavado y garantizar a nuestros clientes la calidad que requieren.
ING. RODOLFO VIDALÓN
GERENTE DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO CORPORACIÓN REY